martes, 30 de junio de 2009

viaje y frontera

El viaje

Para empezar a contar mi viaje a Ensenada es necesario mencionar que fue un trayecto largo, algo así como cuarenta horas, sin duda el viaje más largo que he hecho en autobús hasta el momento.

El trayecto, por demás cansado, fue muy fructífero, al menos eso creo, porque me ha permitido restablecer algunas expectativas con respecto a mi persona, sobre todo en cuanto a metas profesionales. El disfrutar del cambio de los paisajes, climas e incluso el uso horario fue algo que me pareció demasiado complicado en un principio puesto que estoy acostumbrado al clima tropical, y pasar de este al cálido seco fue de verdad un poco pegajoso. ‘je’

El autobús de Colima con destino a la ciudad de Guadalajara salió a las 7.30 de la noche, fueron casi cuatro horas de trayecto porque hubo algunos accidentes en el camino lo que alargo el viaje en aproximadamente una hora mas, a mi llegada a Guadalajara, me llevo la primera sorpresa del viaje, me encuentro con que tenia que salir del modulo en el que estaba al descender del camión y desplazarme a uno alterno que es en el que debería esperar la llegada del autobús de la “Elite” para viajar hacia Tijuana, muy cortes la señorita de la línea me informa del retraso del bus por lo que tuve que esperar en la sala y ver la pelea del travieso, que para mi sorpresa ganara en tan poco tiempo, cabe aclarar que no soy aficionado al box pero en ese momento, las doce de la noche, no había nada mas que ver.

Por fin llega el autobús y oh segunda sorpresa, no se trataba de aquel vehículo de primera que prometiera, o al menos señalara el boleto, en fin, abordo y sin más me encomiendo a todos aquellos seres infra y supra humanos que desde siempre me cuidan, o algo así.

El segundo trayecto del viaje empieza con cuarenta minutos de retraso, nada fuera de lo común por la hora y la situación del viaje. Señoras platicando sobre sus hijos migrantes, el niño del asiento trasero llorando porque se quería dormir, ah y no debo de olvidar algo muy peculiar: una familia de viajeros que se dirigían a Mazatlán, pero ellos ya ataviados de cantidad de ajuares playeros incluyendo una pequeña tabla de surf listos para darse un chapuzón a su llegada, sin duda un cuadro simpático.

Entre las tantas paradas que hicimos y la noche lluviosa amaneció y por fin llegamos a Mazatlán; fue muy contrastante el evento porque mientras los playeros bajaban del autobús, lo que parecía ser un grupo de migrantes subía para empezar un viaje que terminaría, creo yo más allá de la frontera.

Al salir de Mazatlán entramos a una autopista muy recta, la gente al interior del autobús todavía dormía, serian las ocho de la mañana y de repente empiezo a sentir una gotera de agua fría, al parecer el aire acondicionado estaba haciendo de las suyas, de inmediato solicito al chofer me cambie de asiento, a lo que accede y me mudo al lugar disponible hacia adelante, el viaje continua pero me quedo dormido por espacio de dos horas, cuando regreso, seguíamos en la misma llanura, y el paisaje no pintaba mas que maizales y un montón de invernaderos, sin olvidar uno que otro ranchito con vacas gordas, otras no tanto y unos cuantos caballos que emocionaban a los niños.

Los retenes no se hicieron esperar y era una de subir y bajar maletas, en la tarde, en la noche, en la mañana incluso en la madrugada cuando yo estaba en el quinto sueño, y hay que ver que mis horas de sueño las respeto mucho, en fin, Todo sea por “la lucha contra el narco”…

Cuando íbamos a más de la mitad del viaje lo que me llamaba mas la atención ya se encontraba en la pantalla de televisión del autobús, unas cuantas películas y a dormir de nuevo, el cansancio se estaba haciendo presente.

Llegamos a un paradero, creo que era en Sonora, una cena muy rica y necesaria puesto que llevaba la tarde entera comiendo burritos y uno que otro chocolate, un delicioso plato de fajitas de cerdo bañadas de una salsa roja acompañadas de arroz y frijoles y una ensalada, de tomar agua de Jamaica, todo cayó de maravilla…

Una película más, realmente no le tome importancia puesto que el sueño apremiaba y no había más que hacer. La noche transcurrió mas rápido, parece que el tiempo estaba ayudándome al menos a dormir más, cuando desperté el camión estaba ya dejando el municipio de san Luis Rio Colorado y entrabamos al tan esperado estado de Baja California, quedaban unas cuantas horas para llegar a Tijuana pero al menos el destino estaba cerca…

La frontera

La primera vez que vi una parte de la frontera con estados unidos fue en este trayecto del viaje, muy impactante porque recordé los suplicios por los que han de pasar los migrantes en su ir y venir de frontera en frontera, es impactante como un muro fronterizo puede llegar a dividir los ideales de dos territorios que se encuentran uno al lado del otro.

Tijuana

Al llegar a esta ciudad, gris para mi gusto, me di cuenta de que por mas lejos que estemos del centro del pais no deja de ser Mexico, es posible ver desde la composicion del paisaje urbano las formas en que nos organizamos.
La terminal de autobuses de TJ , como le dicen por aca se encuentra muy cerca del aeropuerto por lo que es muy concurrida y en el momento de mi llegada habia muchos turistas extranjeros que se disponian a viajar por autobus hacia diferentes puntos de los Estados Unidos.
al salir de la terminal de Tijuana con rumbo a ensenada me di cuenta de que esta enorme ciudad tiene todo tipo de contrastes que van desde zonas super desarrolladas hasta conjuntos marginados y pobres que reflejan el olvido de los gobernantes.
El trayecto de hacia Ensenada fue muy tranquilo y sorprendente a la vez, al ir por la carretera y ver los enormes edificios de departamentos a pie de playa me permitio pensar en como poco a poco las playas han ido desapareciendo.